Luna oscura y la visión de maría magdalena

Todos los meses la luna muere por tres noches, para luego renacer y llegar a su plenitud en el plenilunio. Inanna, Yeshua y Jonás, son protagonistas de relatos donde al igual que la luna, mueren por tres noches para luego volver a renacer 🔥. En este movimiento mítico, la fase más importante o interesante para la configuración del pensamiento humano, sería la luna oscura, ya que esta fase proviene del pensamiento y no de la observación visible de la luna. Desde aquí también nacería la idea que desde la oscuridad viene la luz, que de la muerte nace la vida. Por lo tanto, el aspecto oscuro de la luna es a la vez el más luminoso, ya que tiene que ver con la fe, esto es, con la certeza profunda de que el ciclo comenzará nuevamente, pues la vida espiritual es infinita y eterna. 🌈

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Esta es la misma fe que sostuvo a María Magdalena, que conectada directamente con este mundo invisible, fue capaz de ver la resurrección de Yeshua. Ella estuvo sostenida por el amor y la confianza en el Diseño mayor del Universo, sintiendo y experimentando directamente en su ser a Yeshua, y así, dándose cuenta de que no existe realmente la muerte, sino solo existe la transformación. Esta experiencia de Myriam de Magdala, es tan antigua como el mito de la luna y de la propia consciencia humana. Ella era una iniciada, tal como lo eres tú, que lees este post y permites que estás palabras  lleguen a tu corazón. 🌹

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La luna es la madre de la eternidad. Jules Cashford indica que lo que lleva a la mente humana más allá de los sentidos físicos, es la percepción de que el ciclo completo de la luna constituye una totalidad invisible, pero que contiene fases visibles y concretas que experimentamos mes a mes. Todo este proceso, aparentemente paradojal, proporciona la idea de que lo visible surge desde lo invisible, o lo que es lo mismo, lo material surge desde lo inmaterial, el éter.🌬🔆

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Todo esto es parte de los misterios de la luna, en los cuales se basa el chamanismo femenino

un abrazo

Y bendecida luna nueva

Fran Gálvez