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¿Dolores de útero al menstruar? el shock histórico de los úteros de las mujeres, una visión antropol


Wilhelm Reich plantea que en todos los cuerpos humanos existe una energía vital que pulsa a través de la sangre, y que se expresa espontáneamente a través de nuestros movimientos, respiración y emocionalidad. Sin embargo, desde que nacemos por la interacción con el mundo y sus relaciones sociales, este proceso natural y orgánico se ve muchas veces bloqueado, dado que hay comportamientos, emociones, prácticas o expresiones personales que son indeseadas por el medio, y por ende son negadas o incluso castigadas. Por eso es que los cuerpos de las mujeres y de los hombres, según la doctora Liliana Acero (2012), portan conflictos reprimidos de índole emocional y síquico que nacen de las relaciones de género dominantes desde muy temprana edad. (relaciones de género dominantes se refiere en otros términos a las relaciones entre seres humanos en el patriarcado) Una parte de los estratos constitutivos del cuerpo humano según Reich, tiene que ver con una “rígida contracción crónica muscular y tisular, una armadura defensiva contra las agresiones procedentes del exterior y del interior, una forma de bloqueo que terminaba reduciendo drásticamente el flujo energético del cuerpo” (Conger, 2013 p. 154). Según John Pierrakos (2013) una vía para trabajar estos bloqueos o corazas tiene que ver con aceptar no sólo nuestra racionalidad, sino que también admitir, reconocer y expresar nuestra irracionalidad: sólo así el bloqueo se libera y la energía vital vuelve a circular. No significa que siempre debamos actuar de forma irracional, sino que debemos conectar con esta parte olvidada, y que tiene mucho más que ver con lo que nos hace seres vivos sintientes y emocionales. Ahora bien, si consideramos toda la historia occidental de patologización de los cuerpos femeninos y de desvalorización de las mujeres, al acusarlas de pecadoras, imperfectas e inferiores, sumado a su posición precaria en la sociedad, y a los múltiples abusos, maltratos y violaciones que han sufrido, no parece tan extraño pensar que haya una especie de armadura o coraza que se ha conformado por siglos para generar una protección física, psíquica y emocional. Y que esta coraza se encuentre en el aparato reproductor femenino, el centro al que han referido médicos y teólogos para situar las enfermedades y anormalidades de las mujeres, tampoco parece poco razonable (los médicos decían que el útero era el centro de las principales patologías de la mujer en el pasado, hoy dicen que son sus hormonas; los teólogos y religiosos desde la edad media principalmente, decían (y en algunos casos aun es así) que nuestro sexo era fuente de pecado y defecto, el mal). Esta situación creo que podría originarse en lo que señala Liliana Acero (2015), el “trauma de shock” individual y colectivo, debido a experiencias de acontecimientos que se asocian a vivencias negativas por el alto nivel de estrés, amenaza o daño que generan, inundando los campos fisiológico, afectivo y de la experiencia del individuo (por ejemplo, abusos, maltratos y acosos laborales, sexuales, sociales, culturales y médicos, entre otros). La intensidad de estas experiencias generan una serie de respuestas defensivas orgánicas y psíquicas del individuo, entre ellas una desregulación psicosomática que puede llevar a una pérdida de autoconfianza personal y a una sensación profunda de enfermedad; junto a una alteración del sistema nervioso autónomo (S.N.A) y visceral, en forma de alteraciones químicas que tienen una expresión psíquica y corporal específica (como por ejemplo, patrones de tensión o de colapso neuromuscular). Cabe señalar que el aparato reproductor femenino se relaciona con el sistema nervioso autónomo, y que por eso el médico G.D. Read señala que el miedo impide la desactivación del sistema simpático (parte constitutiva del S.N.A) en el parto, y por ende la relajación de los músculos del útero, produciendo un movimiento espástico doloroso, lo cual es considerado una disfunción de la fisiología. Considero que este mismo fenómeno se puede extrapolar al dolor menstrual, ya que la menstruación es un proceso fisiológico que ocurre en el útero. Estando este órgano en "shock" por todas las vivencias personales, transpersonales y transgeneracionales de las mujeres. Tenemos una coraza histórica, que hoy esta en nuestro inconsciente, en el cuerpo, pero que es parte de lo que somos. Menstruar con dolor tiene que ver con esto, con el miedo ancestral que ha contraído y tensado nuestro útero. Creo personalmente que un útero relajado menstrua sin dolor, incluso con profundo placer.

De ahí que sea necesario movilizar estas corazas desde diferentes lugares, tanto en el proceso cotidiano personal como terapéutico. Conectar con mi mujer salvaje, con nuestro núcleo, con mi espíritu, es una vía para hacer puente con el alma, y así volver a sentir lo olvidado, lo pendiente, aquello que aun corroe lo profundo de la psiquis, el cuerpo y la vida. Sacar, sentir, hacer catarsis, y ser honesta con lo que siento y lo que soy, es un puente increíble que va movilizando corazas, relajando el cuerpo, permitiéndonos respirar nuevamente con el alivio y la realidad de lo que somos. Mover las corazas históricas del útero es sanar, es volver la organicidad al cuerpo y el placer al útero. Es devolvernos nuestro lugar como soberanas de nuestra tierra, canalizadoras de vida y sueños en este mundo. Permitete sentir, conéctate con tu placer, suelta aquello que te distancie de ti y de tu soberanía.

Escribo desde el corazón, desde lo que vivo y lo que en mi sucede, y lo que investigo, así que les comparto mi mantra de este tiempo: "Se soberana de tu tierra, sacerdotisa de tu templo, eres la mujer que eres, eres lo que buscas, el final de todos tus deseos y el comienzo de todos tus sueños"

Fran Gálvez, Arbol de Luna, Sabiduría Matrística

Un post de como ayudarte con los dolores menstruales: https://www.facebook.com/search/top/…

Imágenes: ¿dolores al menstruar? no pude encontrar los autores por temas de tiempo y maternidad, pero se les honra muchísimo arriba a la izquierda: lilith arriba derecha: caza de brujas abajo a la derecha: médicos "estudiando" a una "mujer histérica"

Bibliografía: Acero, L. (2012). Psicoterapia corporal vincular: Género y Relaciones Terapéuticas y Educativas. Santiago: Editorial cuarto propio.

Bourdieu, P. (2000). La Dominación Masculina. Barcelona: Editorial Anagrama.

Gorbach, F. (2008). Los caprichos de la histeria: cuadros para una identidad. Historia y Grafía,(31):77-101.

Good, B. (2003). Medicina, racionalidad y experiencia. Una perspectiva antropológica. Barcelona: Edicions Bellaterra.

Obach, A. & Sadler, M. (2009). Cuerpo femenino, medicina y poder: Reflexiones en torno a las disrupciones en la atención de salud reproductiva. En Lagos, C. Olea, R. & Rojas, S. (eds.), Nación golpeadora, manifestaciones y latencias de la violencia machista (80-90). Santiago: Andros Impresores.

Rodrigañez, C. Pariremos con placer.

Abrams J. (Ed). Encuentro con la sombra, el poder del lado oscuro de la naturaleza humana.

 
 
 

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